Despeinarse a decisiones
Cuando miro de reojo a mi blog y le hago ojitos, él ya sabe que le estoy tirando los tejos porque le necesito de nuevo. Y se hace el remolón porque al pobre le mangoneo a mi antojo y ya se espera cualquier cosa.
En plural más bien. Cosas mías.
Pero este es por encargo. Un post dedicado.
Va dedicado a los que se despeinan por voluntad propia.
Sí, este post va dedicado a los hedonistas generosos,
a los que deshacen nudos voluntaria o inconscientemente,
a los que matan monstruos suyos y ajenos,
a los que quieren organizar el caos mientras desordenan la fila,
a los que les chispean las emociones,
a los que levantan la vista al abrir el balcón,
a los que presumen de vulnerables,
a los que conjugan orgullo con Perogrullo,
a los que suben a las nubes y desafían otra caída,
a los que salen ilesos…
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